

Eran las 23.07 y enfilaba el partido a la medianoche, con el Real Madrid en el alambre en medios del caos, cuando Davide y Carlo Ancelotti estallaron con Vinicius. Un esfuerzo más ahorrado por el brasileño en la presión, con 1-2 en el marcador, provocó que la relación entre cuerpo técnico y jugador viviera su momento más tenso.
Sacó la pelota tan cómoda la Real desde la cueva que provocó la reacción inmediata de Davide, que salió del banquillo haciendo aspavientos y llamó a Brahim. “¿Qué ha pasado?”, se preguntaba el Bernabéu, que entendió rápido. En la banda, Ancelotti y Vini conversaban en tono enérgico. “¡No, no!”, decía Vini con la mano ante un Carletto enfadado como nunca con el ‘7’ del Real Madrid. “Le quita”, sentenció el Bernabéu, que vivió los siguientes minutos mirando al banquillo y que ya la había advertido con ligeros pitos tras la pérdida de un balón. Tres minutos después habría cambio: Modric por Lucas. Valverde al lateral. Respiraba momentáneamente Vinicius, que captó el mensaje, aunque la amenaza de Brahim ahí seguía.
Ancelotti sobre el toque de atención a Vinicius: “Al final ha sido determinante”
Lo que vino después fue otro gol de la Real y Vinicius, por fin, haciendo de Vinicius y prendiendo la mecha del Bernabéu como mejor sabe. Como cuando el bueno en el patio del colegio cogía la pelota y sabía que faltaban pocos minutos para que acabara el recreo, Vini empezó a regatear rivales y puso un balón perfecto a Bellingham para el 2-3 en el 82’. Repetiría fórmula en el 86’ para forzar el córner del 3-3. Ya estaba Vini en el partido, tumbando rivales, cambiando de ritmo, levantando los brazos al Bernabéu para liderar la remontada. Puro Vini.
“Sí, esa conversación, ese toque ha sacado al mejor Vinicius. A partir de ahí ha subido el ritmo y la calidad
“Sí, esa conversación, ese toque ha sacado al mejor Vinicius. A partir de ahí ha subido el ritmo y la calidad. Ha sido determinante. Con una jugada suya hemos marcado el 2-3 y ha jugado un partido espectacular”, admitía Ancelotti al final del partido, sin ocultar que se había tenido que poner serio con su estrella.
Jugadón de Vinicius por la izquierda, centro al área y Bellingham pone el 2-3 de primeras
Vinicius se mostró apático durante los primeros 80 minutos de partido, sin ser resolutivo en el uno contra uno, pero dejando, eso sí, un fogonazo en el pase a Endrick, que disfrutó de la asistencia perfecta. Pero no era suficiente para Ancelotti, que quería más de Vini. Y sigue queriendo más de Vini, de hecho, sobre todo en este tramo en el que el Madrid se juega el triplete. Ante la Real quedó demostrado: con seis minutos a todo gas fue suficiente.
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