
Los viejos rockeros nunca mueren. Y a Primoz Roglic le queda cuerda para rato. Su reciente demostración de experiencia y poderío en la Volta a Catalunya sólo es el último ejemplo de que al esloveno no se le puede dejar de tener en cuenta, al menos todavía. Aunque es, con diferencia, el mayor del ‘Big Six’, no ha dicho su última palabra y está preparado para disputarle a cualquiera todo tipo de pruebas.
Pero hay una estadística en concreto en la que domina sobre todos sus contemporáneos y sobre casi todos los ciclistas de la historia. Se trata del número de victorias en las siete grandes vueltas de una semana de duración: Roglic suma, tras su último triunfo en Barcelona, 11 triunfos entre París-Niza (2022), Tirreno-Adriático (2019, 2023), Volta a Catalunya (2023, 2025), Itzulia (2018, 2021), Tour de Romandía (2018, 2019) y Dauphiné (2022, 2024). De las siete grandes, sólo le falta por ganar la Vuelta a Suiza, en la que todavía no ha debutado a pesar de las especulaciones en 2023 y 2024.
El esloveno se exhibe con un ataque a 20 kilómetros de meta para ganar la etapa y la general de la ronda catalana.
Por encima de todos… menos de Sean Kelly
Los datos de Roglic sólo son superados por los del irlandés Sean Kelly, que entre 1982 y 1990 ganó 14 de estas competiciones. Su récord está marcado por su dominio casi absoluto de la París-Niza en ese período de tiempo: ganó todas las que disputó entre 1982 y 1989, hasta siete triunfos en total. A eso se suman tres Itzulias, dos Voltas a Catalunya y dos Tours de Suiza.
Por debajo se encuentran otros históricos, como Rominger, Anquetil (ambos con nueve victorias), el español Cañardo (ocho), De Vlaeminck, Indurain, Merckx o Contador (todos ellos con siete). Roglic es el que tiene el palmarés más variado: es el único que ha ganado cinco de estas vueltas diferentes en dos ocasiones cada una. Además, está a tiempo de seguir aumentando la cuenta y, quién sabe, alcanzar a Kelly.
Tadej Pogacar, durante la Volta a Catalunya de 2024, en la que quedó en primer lugar.
De sus contemporáneos, ni siquiera Pogacar se acerca a sus números. Su compatriota, aunque es más joven, apenas ha ganado cuatro veces una de estas vueltas de una semana: una vez la París-Niza, dos la Tirreno-Adriático y una la Volta a Catalunya. Es cierto que Pogacar ha apostado más durante su carrera por las clásicas de un día y, sobre todo, por los Monumentos, en los que su dominio puede ser contestado por muy pocos.
En el Giro, el duelo está servido
Roglic ha demostrado que está en plena forma para el punto álgido de la temporada. El esloveno terminó en una discreta octava posición la Volta al Algarve, pero se marchó de concentración con el Red Bull – BORA – hansgrohe, su equipo, a las islas Canarias, donde compartió imágenes entrenando en el entorno del Teide. La preparación en las islas le sentó bien, tal y como ha demostrado con su victoria en la Volta a Catalunya.
Y ahora, el Giro de Italia. Es la única prueba que Roglic tiene confirmada en su calendario de 2025 junto con el Tour de Francia. Y ahí volverá a verse las caras con un Juan Ayuso al que dejó con la miel en los labios en Barcelona. El esloveno, que ya ganó la ‘maglia rosa’ en 2023, parte como favorito, tanto por historia como por su último duelo, pero las tres semanas entre Albania e Italia dictarán sentencia en una rivalidad que promete.
Ayuso se impuso a Roglic en La Molina, pero el esloveno se llevó la general de la Volta.
Una carrera de época
Se ha acusado a Roglic de no ser tan explosivo o tan espectacular como Pogacar o sus otros compañeros del ‘Big Six’, pero sus méritos y la longevidad de su carrera hablan de un ciclista de mucho nivel. Esta temporada es la número 10 en la élite para Roglic, ya que hizo su debut profesional en 2016 en el entonces LottoNL-Jumbo. Es un dato mucho más meritorio si se tiene en cuenta que hasta 2011 (cuando ya tenía 22 años) no se dedicaba al ciclismo, sino a los saltos de esquí.
Roglic es un competidor sólido, que se desenvuelve bien en todas las condiciones y recorridos. No sólo es un buen escalador, sino también un notable contrarrelojista y un especialista, como los datos indican, en las carreras por etapas. Lo único que le lastra es no haber ganado nunca el Tour de Francia, pues ha tenido la mala suerte de encontrarse con rivales que han brillado más que él en las carreteras francesas. Pero este año el esloveno buscará el más difícil todavía: el doblete Giro-Tour.
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