La curiosa evolución de la Paris-Roubaix para limpiar el legendario Trouée d’Arenberg: ¡Ya no hay cabras!
La Paris-Roubaix ha perdido un ápice de magia. Se debe, fundamentalmente a la evolución que la organización ha introducido a la hora de limpiar el pavimento de la Trouée d'Arenberg. Antes lo hacían las propias cabras de la zona, ahora se encarga una máquina barredora. Una 'actualización' del método tradicional que ha sido publicada por la propia Paris-Roubaix en sus redes sociales. Algo que no ha gustado en exceso a los seguidores de la prueba, que se preguntaban dónde estaban las tradicionales cabras. Paris-Roubaix - Cobbles in the Arenberg ForestLars RonbogUn 'cambio' que se suma a que en esta edición, la prueba no tendrá la polémica chicane previa a la entrada al Bosque de Arenberg. La medida se adoptó para limitar la velocidad de entrada al célebre tramo de pavé y generó críticas por parte de algunos ciclistas en la última edición.