
No es natural en un piloto del talento y el calado de Lewis Hamilton que los buenos momentos de sus carreras de estreno con Ferrari, palabras mayores, se vean reducidos al formato sprint. La ‘mini-pole’ y triunfo en la carrera corta de China es todo un éxito, pero es la única salvación de tres fines de semana negativos para el 44. No despega, es evidente. Y el 8º para la carrera de Suzuka tampoco invita al optimismo.
Hamilton, en el box. EFE/EPA/SHUJI KAJIYAMA / POOL
Se puede explicar desde lo gestual. Cuando Hamilton atravesó la meta en la Q3 no tardó en negar con la cabeza. Al llegar al parque cerrado, más señales pues el británico no salía del coche. Saldrá lejos, a 0.627 del vueltón de Max Verstappen y lo peor es el repaso de Leclerc. El monegasco firmó una qualy positiva (4º a 0.316), batió a los Mercedes y su compañero ni pudo con Isack Hadjar (a 0.586), la clara sorpresa de viernes y sábado en Japón.
Hamilton no batió a Leclerc (solo lo hizo en China en las dos fases del sprint y en la clasificación), y sufrió con el SF-25. “No es donde quiero estar”, repitió. Concretamente, no pudo ajustar bien su puesta a punto y le penalizó en el segundo sector de Suzuka. Es la zona más complicada pues viene de muchos metros jugando con el acelerador, los frenos tienen acción y allí Hamilton penó. “Perdí mucho tiempo, tres décimas. Y en la Q3 viví un latigazo en la 9 y en la segunda vuelta volví a perder tiempo”, concretó.
No es donde quiero estar
Los problemas vienen dados con la puesta a punto. Ya fue un tema a destacar en el bajón de Ferrari en Melbourne, y Hamilton no acertó con la suya. “Optamos por diferentes opciones. Yo tuve demasiado sobreviraje y no pude negociar con ello”, reconoció. Quizá la lluvia le beneficie, aunque también llovió en Melbourne y Hamilton jamás estuvo a la altura. Hasta fue la víctima en el mejor adelantamiento del fin de semana, a cargo de Oscar Piastri.
Hamilton, en acción. (AP Photo/Shuji Kajiyama)
En Suzuka da una versión más reconocible, pero los problemas se multiplican. Hasta le toca negociar con situaciones que no son por su propia culpa, como el ‘impeding’ de Carlos Sainz en la Q2. El madrileño reconoció que nadie le había avisado. “No me pude quitar”, explicó. Hamilton perdió su vuelta y dejó al español de Williams con una sanción de tres puestos en la parrilla.
No es el reflejo del potencial del coche
Pero el británico debe reaccionar. Puede quedarse con que jamás ha fallado a la Q3 en Suzuka (17 presencias en 17 ediciones) o que Kimi Raikkonen llegó a remontar desde el 15º (con coches más pequeños y un momento de más igualdad, todo sea dicho). O, simplemente, en su esperanza de tener un Ferrari competitivo. “No es el reflejo del potencial del coche”, cerró.
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