
Dicen que los sueños grandes no caben en vidas pequeñas. Y Carlos Carrasco (27) lo sabe bien. Madrileño, jugador de fútbol americano, dejó su trabajo en una consultora para perseguir lo que muchos ven como una locura: llegar a la NFL. Lo hizo sin atajos, desde abajo, entrenando en silencio, apostando por sí mismo cuando pocos lo hacían.
Se formó entre España, Finlandia, Alemania y Estados Unidos, hasta convertirse en el primer fichaje de la historia de los Madrid Bravos, la franquicia que quiere cambiar el fútbol americano en nuestro país. Hace apenas unas semanas, participó en el Pro Day de la Universidad de Alabama en Birmingham, presentando su candidatura ante scouts de toda la NFL.
Hoy no solo representa a un equipo, representa a todos los que se atreven a soñar a lo grande desde España. Este es Carlos Carrasco. Y su historia no ha hecho más que empezar…
Carlos Carrasco con los Madrid Bravos
Pregunta: ¿Cómo fueron tus inicios en el fútbol americano? ¿Qué fue lo que te atrajo de este deporte?
Respuesta: Es una pregunta bastante profunda, aunque parezca sencilla, porque significa mucho para mí. Mis inicios en el fútbol americano se remontan a cuando era niño. Mi padre jugaba, y tanto mi hermano como yo queríamos hacer lo mismo que hacía él. Mis padres intentaron por todos los medios que jugáramos al fútbol, pero al final la cabra tira al monte y acabamos en el fútbol americano. Entramos en los Black Demons de Las Rozas: mi hermano con 13 años y yo con 11 recién cumplidos.
P: Tu camino en el fútbol americano te ha llevado por varios países: Estados Unidos, Finlandia, Alemania… ¿Cómo te han influido estas experiencias en tu desarrollo como jugador? Y además, lo compaginaste con un trabajo como consultor, lo cual tiene aún más mérito. ¿Cómo viviste todo eso?
R: Hay dos partes importantes. Una es la parte externa, todo lo que rodea al deporte: las organizaciones, las formas de trabajar, la cultura deportiva. Eso te permite aprender de fuera y aplicar aquí lo que funciona. Tanto Javi como yo hemos intentado traer a España las buenas prácticas que hemos visto fuera, y dejar a un lado lo que no funcionaba.
La otra parte es más personal. Cuando nos fuimos a Finlandia, por ejemplo, no existía nada parecido aquí. Tuvimos que buscarnos la vida, aprender y crecer desde cero. Muchos jugadores españoles han seguido ese camino. Todo ese esfuerzo colectivo ha culminado en Madrid Bravos, un proyecto que soñábamos desde hace años: poder jugar a un nivel profesional en casa.
Carlos Carrasco posando con los Cologne Centurions
P: ¿Y cómo fue compaginar ese nivel de exigencia con un trabajo como el de consultoría? Sé que no fue nada fácil.
R: Fue una auténtica barbaridad. Lo más duro que he hecho en mi vida. Mientras jugaba en la Liga Europea (ELF), también trabajaba como consultor de capital privado y transformación corporativa. Me fui a Colonia, en Alemania, de la mano de mi empresa. Durante semanas viajaba de martes a viernes a Barcelona por un proyecto, y de vuelta a Alemania el resto del tiempo para entrenar.
Fue tan exigente que llegué a perder entre 15 y 17 kilos esa temporada. Dormía poco, comía mal y entrenaba cuando podía. Pero también fue una experiencia preciosa. Este deporte te devuelve lo que le das. Es justo. Si le pones esfuerzo, compromiso y profesionalidad, te recompensa.
Durante semanas viajaba de martes a viernes a Barcelona por un proyecto, y de vuelta a Alemania el resto del tiempo para entrenar
P: Has mencionado a Madrid Bravos, que es como la culminación de un sueño. ¿Qué diferencias encuentras entre el fútbol americano que se practica en España y el de Estados Unidos?
R: Ellos han recorrido un camino que nosotros estamos empezando ahora. Pero gracias a los entrenadores americanos que vienen aquí, aprendemos y aceleramos ese proceso.
Eso sí, en talento no estamos tan lejos. En España hay deportistas de primer nivel en todas las disciplinas, muchas veces a pesar de las circunstancias. Lo que tenemos que conseguir es que las cosas sucedan gracias a las condiciones, no a pesar de ellas.
En ese sentido, Jaime y Victoria, los fundadores de Madrid Bravos, han hecho algo muy valiente: replicar aquí lo que funciona allí. Gracias a ellos tenemos un equipo competitivo y con identidad española.
Carlos Carrasco en su entrevista con MARCA
P. En 2023 fuiste el primer fichaje en la historia de Madrid Bravos, además de convertirte en su capitán. ¿Qué supuso para ti ese reconocimiento?
R: Fue un momento muy especial. Un reconocimiento a muchos años de trabajo, de viajes, de esfuerzo, de mantener unos valores. Yo siempre digo que cuando entro en el campo, lo hago como un toro. Juego como un español, sin que nada me detenga. Ese carácter es algo que nos diferencia y que debemos explotar.
Ahora tenemos un equipo con muchísimos jugadores nacionales. Representamos lo que queremos que sea el fútbol americano en España: talento, trabajo, identidad y ambición.
P: Hace poco participaste en el Pro Day de la Universidad de Alabama para intentar llegar a la NFL. Fue el 20 de marzo, si no me equivoco. ¿Cómo fue esa experiencia? ¿Qué feedback recibiste allí?
R: Fue caótica, pero maravillosa. El Pro Day estaba previsto para el 27 de marzo, pero lo adelantaron al 20. Tuvimos que reorganizar todos los vuelos y reservas. Encima, el mismo día de las pruebas me llamaron a las 11 de la mañana para decirme que las pruebas eran a las 12, y yo estaba aún en la cama. No había comido en 18 horas.
Eso fue frustrante, porque venía haciendo marcas muy buenas, como 30 repeticiones en press de banca. Pero aún así, la experiencia fue increíble. Tuve la oportunidad de entrenar con Matt McCants, exjugador NFL y entrenador de línea ofensiva, y con Jared Veldheer, también exjugador NFL durante 12 temporadas. Ambos me dieron un feedback muy positivo.
Yo siempre digo que cuando entro en el campo, lo hago como un toro. Juego como un español, sin que nada me detenga
P: ¿Qué destacaron más de ti como jugador? ¿Cuál consideras que es tu mayor fortaleza dentro del campo?
R: Que no paro. Juego hasta el pitido final. Nuestra madre siempre nos decía a mi hermano y a mí: “Del campo se sale en camilla”. Y eso se nos quedó grabado. Hay una gran diferencia entre estar lesionado y estar dolorido. Si estás lesionado, te recuperas. Si estás dolorido, juegas. Mi padre me enseñó que hay dos cosas que siempre puedes controlar: tu preparación y tu esfuerzo. Y eso lo he llevado conmigo a todos lados.
P: ¿Qué prueba crees que fue la mejor para ti durante el Pro Day?
R: Probablemente el press banca, porque siempre he sido una persona fuerte. Lo que no había sido antes es atleta en el sentido de velocista. Las pruebas de 40 yardas, agilidad… eso fue nuevo para mí. Tuve que aprender técnica de carrera en solo tres meses. Dejé mi trabajo el 6 de enero para prepararme y las pruebas eran el 20 de marzo. Fue a contrarreloj.
P: Carlos, llegaste al Pro Day de la Universidad de Alabama como el único español invitado. ¿Cómo viviste esa experiencia tan singular?
R: Efectivamente, era el único español allí, y eso ya genera una mezcla de sensaciones. Por un lado, está esa mirada de “vamos a ver qué traes”, como si fueras un completo desconocido. Me preguntaban: “Are you the Spaniard?” Y sí, lo era. Fue especial. Representar a España en un escenario como ese es una de las cosas que más orgullo me han dado.
Y por otro, la sensación de que no suelen fijarse en gente de fuera, a menos que sea en contextos muy específicos como el International Player Program (IPP). Pero como he dicho muchas veces, nos cerraron la puerta y abrimos una ventana. No ha sido el camino habitual, pero ha sido el nuestro, y estoy muy orgulloso.
Me preguntaban: “Are you the Spaniard?” Y sí, lo era. Fue especial.
P: Estar ante 32 franquicias de la NFL debe imponer. ¿Cómo gestionaste esa presión?
R: Fue muy especial. Nunca había estado frente a alguien con el logo de los Dolphins o los Chargers observando lo que hacía. Pero a pesar de los nervios, mi exigencia siempre ha sido interna. Estoy acostumbrado a tener ojos encima cada vez que juego fuera. Me sorprendió ver a compañeros en el Pro Day que no parecían conscientes de que estaban siendo evaluados desde que cruzaban la puerta. Algunos bromeaban, se reían… Yo no me lo podía creer. A mí me enseñaron que si tienes contacto con un entrenador, es “sí, señor”; que todo empieza desde la actitud.
P: Actualmente no formas parte del IPP, así que tu entrada a la NFL sería como agente libre. ¿Cómo estás trabajando para lograrlo?
R: Este proceso pasa, sobre todo, por encontrar un buen agente. Más allá de entrenar, que ha sido durísimo, lo más complicado ha sido moverme en ese entorno donde hay tantísimos jugadores con talento. Desde allí piensan: “¿Para qué voy a elegir a un españolito si tengo a John McCain aquí?”. Por eso es clave tener a alguien que crea en ti y te represente bien. Jared y Rip, mi entrenador del año pasado, me han ayudado mucho, pero ahora estoy en ese punto de buscar agente y también patrocinadores que me permitan seguir este camino hacia la NFL.
P: También compartes campo con tu hermano Javier. Y ahora, casa. ¿Cómo es esa convivencia?
R: Nos hemos mudado juntos, sí. Por primera vez tenemos cuartos separados, aunque siempre hemos compartido habitación en casa de nuestros padres. Nuestra relación siempre ha sido muy cercana, porque hemos tenido que aprender a entendernos desde pequeños. Y en el campo de juego nos entendemos aún mejor. Me alegro de no haber tenido que enfrentarme nunca a él.
Carlos Carrasco junto a su hermano Javier
P: En tu camino hacia la NFL también ha sido clave el trabajo de Diego Campoy, periodista que te ha ayudado a construir un relato que conecte con la audiencia. ¿Qué ha significado él para ti?
R: Diego ha sido esencial. Yo le dije que era la primera pieza del puzzle, y mi hermano se lo confirmó después. Bueno, la primera pieza fue asumir que debía prepararme para ser el jugador que quiero llegar a ser. Por eso dejé el trabajo. No podía ir a unas pruebas y ser mediocre. Quería representar a mi país, a mi familia, a mis valores.
Pero enseguida entendí que no basta con ser buen deportista. También hay que llegar a la gente, y para eso no hay nadie mejor que Diego. Él ha sabido contar esta historia como nadie, con el enfoque, el tono y la emoción que necesitábamos. Sin él, nada de esto tendría el impacto que está teniendo.
P: Vamos a conocerte un poco más fuera del campo. ¿Tienes alguna afición más allá del fútbol americano?
R: ¡Sí, claro! Me encantan los videojuegos, el anime —últimamente estoy flipando con “Solo Leveling”. Soy un auténtico friki de Star Wars, pero nivel máximo. También me gustan El Señor de los Anillos, Harry Potter, lo que quieras, soy un fanático de todo ese universo. Además, últimamente juego mucho a las Magic con mi hermano y con colegas del colegio. Me gusta compartir ese rato con ellos, es algo que me relaja y me desconecta del campo.
P: Como jugador formado en España, ¿cómo ves el crecimiento del fútbol americano en nuestro país? ¿Cuál crees que es su techo?
R: El techo lo ponemos nosotros. Y no lo digo por decir, hay ejemplos que lo demuestran. Cuando España se lo propuso en los Juegos de Barcelona 92, con inversión y trabajo, conseguimos nuestro mayor número de oros de la historia. ¿Por qué? Porque tenemos talento. Y en el fútbol americano también lo hay: tenemos atletas con muchísimo potencial, solo falta que alguien les dé una oportunidad.
P: ¿Crees que en Estados Unidos se valora ese talento que hay en España?
R: A día de hoy, no. Pero no pasa nada, porque lo acabarán viendo. Nosotros estamos aquí para eso, para abrirles los ojos. El trabajo que estamos haciendo, tanto a nivel individual como colectivo con Madrid Bravos, está encaminado a eso.
P: Desde Madrid Bravos habéis trabajado mucho para mandar un mensaje claro sobre el nivel del fútbol americano en España. ¿Cómo vives esa misión?
R: Desde el principio, en Bravos hemos tenido claro que esto es más que un equipo. Es un proyecto con una bandera y un mensaje: en España se juega al fútbol americano, y se juega muy bien. Yo lo he vivido también en Black Demons, en Finlandia… Esta disciplina exige muchísimo, pero tenemos talento de sobra para competir a alto nivel.
Madrid Bravos es un proyecto con una bandera y un mensaje: en España se juega al fútbol americano, y se juega muy bien
P: Y hablando de ese crecimiento, ¿cómo valoras que equipos como los Dolphins vayan a jugar en España o que franquicias como los Chiefs estén apostando por nuestro país?
R: Me parece muy positivo. La llegada de la NFL a España trae adeptos, recursos, visibilidad. Pero si hablamos de impacto real en el desarrollo de jugadores, el proyecto clave es Madrid Bravos. Porque no solo ofrece un futuro tangible en este deporte, sino que está trabajando desde la base: con escuelas, con programas de desarrollo como el Development Program, donde jugadores menores de 18 años tienen mentores que les enseñan todo. Mi hermano, por ejemplo, hace de mentor de un chico de Cantabria. Eso es lo que impulsa sueños, lo que crea futuro.
Carrasco posando para Madrid Bravos
P: ¿Notas que los jóvenes están ahora más interesados en el fútbol americano que cuando tú empezabas?
R: Sin duda. Vivimos en un mundo globalizado, con el móvil en la mano, y el fútbol americano es un deporte que visualmente engancha. Sí que hay una barrera, que es la complejidad de las reglas, pero creo que las nuevas generaciones están más abiertas, tienen curiosidad. Y proyectos como Madrid Bravos, que acercan el deporte de forma real y directa, ayudan muchísimo. Ir a Vallehermoso, ver un partido en directo y luego poder hablar con los jugadores, en tu idioma, es algo muy especial y único.
P:También habéis tenido visitas de estrellas de la NFL como Tyreek Hill o Alejandro Villanueva en las instalaciones de Bravos. ¿Cómo viviste eso?
R: Brutal. Estamos hablando de un Pro Bowl como Villanueva, orgullo español, y de Tyreek Hill, votado el año pasado como el mejor jugador de la NFL por sus propios compañeros. Que vinieran a nuestras instalaciones, que compartieran experiencias con nosotros, que hablaran en los entrenamientos… eso hace unos años era impensable.
Camisetas de Madrid Bravos de Villanueva y Hill
P: En lo técnico, ¿tienes algún referente claro en tu posición? ¿Algún jugador al que digas “me parezco a él”?
R: Decirte que me parezco a alguien es muy complicado. Este es un deporte con muchos matices técnicos y cada uno tiene su estilo. Pero sí tengo referentes que admiro muchísimo: Quentin Nelson, Tyron Smith, Jason Kelce, Lane Johnson… todos ellos son parte de la élite de la línea ofensiva. Me encantaría algún día jugar como ellos. No sé si lo conseguiré, pero voy a hacer todo lo posible por lograrlo.
P: Mirando al futuro más cercano, ¿cuáles son tus objetivos a corto plazo?
R: Desde el principio sabíamos que las pruebas en Estados Unidos eran un reto difícil. Por eso, más allá de ese objetivo, mi foco está en hacer la mejor temporada posible con Madrid Bravos. Quiero aportar todo lo que pueda al equipo, liderar desde el ejemplo y representar los valores que quiero ver en mi vestuario. Y sobre todo, ganar. Este deporte es binario: o ganas, o no ganas. Y yo quiero ganar.
P: Carlos, para cerrar, ¿qué consejo le darías a un joven que sueña con seguir tus pasos y llegar algún día a la NFL?
R: A raíz de todo el movimiento en redes me han llegado muchos mensajes preguntándome qué hacer para mejorar, para llegar más lejos. Y mi respuesta es esta: disfruta del fútbol. No pierdas eso. Yo lo perdí durante un tiempo, y cuando lo recuperé, cambió todo. Amar el proceso, los altos y los bajos, disfrutar de cada entreno y cada partido… eso es lo que te va a hacer mejorar. No puedes ser un gran jugador si no amas lo que haces.
P: Muchas gracias, Carlos. Ha sido un placer hablar contigo y conocer tu historia. Inspiradora de principio a fin. Con muchas ganas de verte el día 17 de mayo en el estreno de Madrid Bravos esta temporada en Vallehermoso.
R: Igualmente, amigo. El placer ha sido mío. Con muchas ganas.
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