
La escena se produjo hace ya unas semanas. Uno de esos días de entrenamiento en Valdebebas en los que apenas ocurre gran cosa. Ancelotti, que se las sabe todas y controla todos los detalles, en vez de esperar decide anticipar y actúa. Se acerca a Endrick, sabedor de que hay mucho debate alrededor de su papel este año en el Madrid. A su alrededor y en torno, también, a la figura de Güler la otra gran promesa de la plantilla, aunque su caso es muy diferente.
Carletto le pregunta al de Taguatinga si está bien, si está animado, si necesita pasar por el despacho para hablar de su rol dentro del equipo cuando lo normal es lo contrario, que sea el futbolista el que toque la puerta del míster. Llegó con mucha expectativa desde Palmeiras para suplir a Joselu, se pagó una cantidad de dinero importante y, pese a varias actuaciones formidables, no está contando ni con minutos ni con protagonismo en el campo. Apenas sale a cuarto de hora por actuación.
Endrick fue tajante. Rotundo. “No tengo nada que contarle, profesor. Lo único que tengo que hacer es seguir trabajando y esperar mi oportunidad.”
Ancelotti gestiona la situación de Endrick
A Ancelotti no lo pudo sorprender y agradar más la respuesta. De inmediato entendió que Endrick había entendido cuál es su papel independientemente de que uno siempre en su fuero interno crea que merece más. El ego en el mundo del fútbol, en ocasiones, se antepone a lo colectivo, al equipo.
Y ahí sigue sin rendirse el joven delantero brasileño. Hoy, más que posiblemente, será titular, jugará por vigésima novena vez en la temporada y nos mostrará sus indudables cualidades como el remate o la potencia, también rebasará la barrera de los quinientos minutos y quién sabe si anotará un séptimo gol, tan brillante y decisivo como el que marcó en Anoeta para poner en ventaja la semifinal copera.
Es tiempo de chupar banquillo, de mirar, de aprender, de trabajar, de esperar, de aguantar. De pasar la penitencia que también le tocó a Vini o Valverde, por citar a dos indiscutibles que emergieron muy pronto en la élite futbolística. Y de aprovechar que el tren pasa hoy por su estación. Ojalá sea un trayecto al infinito. Se lo está ganando.
This news was originally published on this post .
Be the first to leave a comment