
Héroes, agredidos, pícaros, premiados, lentos, rápidos, alumnos, todos caben en el gremio de los recogepelotas, mucho más que una parte de la decoración de un partido del fútbol. La última semana ha puesto de moda a un colectivo que también juega a su manera. Uno de estos encargados fue protagonista de una trifulca antes del Betis-Sevilla; otro fue el asistente perfecto para un gol de Alemania en el partido ante Italia en la Liga de las Naciones. Estos dos casos y otros ilustran una galería histórica.
A un Betis-Sevilla no es necesario añadirle pimienta. Sin embargo, en el derbi del Villamarín un episodio inesperado alimentó las brasas antes del inicio del encuentro. Mientras el Sevilla hacía un corro de motivación, un recogepelotas del Betis se acercó a recoger un balón en las inmediaciones. Un integrante del cuerpo técnico sevillista empujó al recogepelotas. Lo siguiente fue una montonera entre representantes de ambos equipos.
Los lentos y los ‘Usain Bolt’
No es raro que los recogepelotas formen parte de la táctica de los entrenadores locales. Si se va ganando, lo mejor es un ataque de pereza para entregar el balón a un jugador rival. La sobreactuación llega cuando se les ordena que desaparezcan de las bandas, episodio muchas veces visto en un estadio. Si se va perdiendo, hay que ser Usain Bolt a la hora de reponer un balón para que se ponga en juego.
El otro episodio semanal llamativo se vivió en Dortmund durante el Alemania-Italia. Donnarumma envió a córner con un paradón un cabezazo de Kleindienst. El portero italiano abandonó su portería para instruir a la zaga, momento en el que un recogepelotas entregó el balón a Kimmich, quien sacó el córner de manera rápida para que Musiala marcara el 2-0 a puerta vacía.
El asistente y nuevo ídolo alemán se llama Noel Urbaniak, un chaval de 15 años que luego recibió una cadena de reconocimientos. Kimmich le firmó un balón y Rudi Völler, director deportivo de la selección alemana, le prometió una entrada para el próximo compromiso de la escuadra.
Cruyff y Guardiola
Es habitual que se recurra a jugadores de las categorías inferiores para realizar las tareas de recogepelotas. Así se asegura la fidelidad y entrega en ese trabajo y además sirve como premio para los canteranos, que tienen la suerte de vivir el fútbol a ras de césped.
Un sacerdote del otro fútbol, Carlos Bilardo, seguidor enfermizo de los detalles, mostraba su devoción por los recogepelotas, llamados ‘alcanzapelotas’ en Argentina: “Hasta los grabo. Esos pibes corren al lado de los jugadores por la banda. Sale el balón y ‘tac’, ‘tac’, ‘tac’. Uno bueno te puede hacer ganar un partido”, comentó en una entrevista.
Un buen recogepelotas te puede hacer ganar un partido, sale un balón y ‘tac’, ‘tac’, ‘tac’
En ese grupo de chavales que soñaron en primera línea de hierba figura por ejemplo Johan Cruyff, que desde su casa podía escuchar los goles que resonaban en el estadio del Ajax, el De Meer. El genio holandés, como distinción de su club, vivió como recogepelotas la final de Copa de Europa entre el Real Madrid y el Benfica en 1962 aunque se disputara en otro estadio, el Olímpico de Amsterdam.
Guardiola, de recogepelotas, saluda a Víctor Muñoz.
Otro que se suma a los testigos de privilegio es Pep Guardiola, encargado de recoger balones en los partidos del Barça en los años 80 antes de que pasara a ser el elegido por Cruyff para repartir el balón desde el puesto de organizador en el equipo que construyó en su etapa como entrenador azulgrana.
La evolución de Giuliano
Un chico con un peto de MARCA se abrazaba a su padre en las orillas del Calderóncuando el Atlético de Madrid hacía un gol. Vivía los encuentros con concentración y pasión, algo que llevaba en la mochila desde casa. El protagonista de aquellos episodios se llamaba Giuliano Simeone, titular ahora en el Atlético y la selección argentina.
Brahim desempeñó el papel delante de un futbolista con el que jugaría después.El mediapunta era recogepelotas en La Rosaleda cuando Isco levantaba de sus asientos a la hinchada malaguista. Luego, ambos coincidirían por poco tiempo en el Real Madrid. Un día Brahim asistió a Isco en un gol y este respondió en Instagram con un mensaje: ‘me haces viejo, mamón’.
Brahim, al fondo, en un partido del Málaga, mira a Cazorla e Isco.
El ‘caso Passarella’
En el apartado de la impaciencia destaca un episodio del fútbol italiano. El protagonista fue Daniel Passarella, cacique de la selección argentina que ganó el Mundial del 78. El muro zurdo, un futbolista que desde la zaga irradiaba carácter, jugaba en 1987 en el Inter tras dos temporadas en la Fiorentina.
El Inter visita a la Sampdoria en Génova. El equipo local ganaba 1-0. Un recogepelotas adiestrado se retrasó en la entrega de un balón y Passarella le dio una patada. El incidente sacudió el fútbol italiano. El Comité de Competición sancionó con seis partidos al futbolista argentino, cuya carrera quedó manchada en el calcio.
Otra relación rocambolesca envolvió la carrera de Eden Hazard. En 2013, en un partido de la Capital One, el Chelsea visitaba al Swansea. Un balón salió por la banda y un recogepelotas, Charlie Morgan, se tumbó sobre el esférico para que no lo cogiera Hazard. El futbolista belga empezó a patear el cuerpo de Morgan para encontrar el balón. Tras la tangana, Hazard fue expulsado.
Charlie Morgan está en la lista de los más ricos de Reino Unido
El belga reconoció su error y Morgan pasó a la celebridad autoproclamándose “el rey de los recogepelotas”. Con el paso del tiempo, Hazard facilitó varios encuentros con él en los que quedó evidente su buena sintonía. En la actualidad Charlie Morgan es multimillonario tras crear una marca de vodka que le proporciona ingentes beneficios.
El héroe del 4-0 de Anfield
La astucia de un recogepelotas y de Alexander-Arnold en el 4-0 del Liverpool al Barça.
En esta edición de la Champions fue Dani Carvajal el que se cansó de la eficacia de un recogepelotas del Lille con motivo de la visita del equipo madridista. El lateral derecho se acercó a la banda y empujó al encargado que estaba retrasando la entrega de un balón en los últimos minutos de un partido que ganaban los franceses.
Antes que el nuevo héroe alemán, otros compañeros de oficio conocieron la gloria y el reconocimiento. Otro córner castigó el despiste del Barcelona en Anfield cuando cayó eliminado por 4-0 en 2019. En la esquina, un recogepelotas, Oakley Cannonier, dio el balón a Alexander Arnold, quien sacó un córner con rapidez para que Origi marcara el último gol del partido. Cannonier es ahora futbolista del Liverpool sub-21.
El ídolo de Mou
Mourinho también premió a otro ‘futbolista’ sorpresa. En 2019, en partido de Champions, el Tottenham, entrenado por el portugués, marcó un gol al Olympiacos gracias a la rapidez de un recogepelotas, Callum Hynes, en dar un balón para montar una contra.
Callum Hynes fue felicitado por Mou en 2019 por entregar rápido el balón y facilitar un gol.
La acción fue destacada por todos. Mourinho saludó al chaval en el acto. Las redes sociales del club propagaran la felicitación a Callum, quien calificó aquello como “el mejor día de mi vida. Soy hincha del club de toda la vida”. Para que no faltara de nada, el entrenador portugués invitó al recogepelotas a vivir con los jugadores una jornada de trabajo. Callum hasta pudo desayunar con sus ídolos en las instalaciones de los Spurs.
Llegará un nuevo partido, con titulares y suplentes, y los recogepelotas aguardarán en la banda. Ellos también juegan.
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