
Pablo Cardona (Mérida, 2004) se convirtió en una de las sensaciones del pádel español la temporada pasada. Pasó de estar jugando previas a competir al lado de una leyenda como Paquito Navarro en pocos meses, mostrándole al mundo un potencial descomunal con tan sólo 20 años.
Esta temporada, y tras haberse presentado en sociedad ante el planeta pádel, comparte un ilusionante proyecto al lado del argentino Leo Augsburger, con quien ya ha sido capaz de derrotar a las dos primeras parejas –Coello/Tapia y Chingotto/Galán– en apenas tres torneos. Ahora se sienta con MARCA en este parón para analizar su pasado, presente… y futuro.
PREGUNTA. ¿Cómo se encuentra? ¿Qué tal ha ido esa pequeña gira por Miami y Chile?
RESPUESTA. Llegamos el domingo de Chile y tengo algo de jetlag aún, pero contento de cómo ha ido, sobre todo el último.
P. Si le dicen antes de empezar la temporada que, en los tres primeros torneos, iba a eliminar a las dos mejores parejas de 2024… ¿Se lo hubiese creído?
R. No sé si en los tres primeros torneos, porque ha sido todo muy rápido, pero cuando me uní a él sabía que que éramos una pareja para poder ganarle a todo el mundo y de momento lo estamos haciendo bien.
P. ¿Esperaban eliminar a Coello y Tapia en Chile?
R. Bueno, no te esperabas ganar a los número 1, pero sí que sabía que ellos no venían en el mejor momento y que las condiciones de pista a Leo y a mí nos venían muy bien. La verdad es que entramos al partido con mucha confianza, yo al menos, pensando siempre en ganar .
El año pasado quedaron expuestas mis carencias y acabé sin disfrutar en la pista, estaba frustrado
P. ¿Cómo se les gana a los números 1?
R. Bueno, yo creo que cuando juegas contra ellos no tienes que pensar tanto una táctica, porque ellos tienen la capacidad de cambiarte de estrategia 50 veces durante el partido. Vesque una cosa te está funcionando… y de repente ellos cambian por completo. Entonces con con Leo, con Seba y con Mieres hablábamos un poco de nuestro juego, de ser agresivos, de estar en la red y de que, si seguimos ese plan, tendremos opciones de ganar.
P. ¿Qué tal con Leo en estos primeros meses?
R. Bueno, al final tampoco estamos teniendo mucho tiempo de entrenamiento y en pretemporada entrenamos un par de semanas como mucho. Tampoco tenemos tiempo para mucho más. Luego Leo tuvo un problema con el pasaporte, tuvo que volverse unos días a Argentina… y eso fue menos tiempo de preparación. Pero es cierto que desde un primer momento mis sensaciones fueron bastante buenas ya desde los partidos de pretemporada. Estoy muy contento, más aún viendo ahora cómo nos está yendo en los torneos.
Cardona y Augsburger, en Riad.
P. Sabemos que quizás es muy precipitado preguntarlo, pero viendo el baile de parejas que puede avecinarse… De momento siguen juntos, ¿no?
R. (Risas) A corto plazo sí, como dices en el pádel nunca se sabe y parece que dentro de poco habrá un baile de parejas. Yo obviamente quiero seguir jugando con Leo, creo que con la edad que tenemos es una suerte encontrar a un jugador con unas características que sean tan complementarias a las tuyas y pienso que es la pareja perfecta para hacer un proyecto a largo plazo. Y sí, es muy bonito decirlo porque luego se va complicando por el camino… pero ojalá se nos den las circunstancias y podamos jugar juntos mucho tiempo.
Sé que alcanzando mi máximo potencial puedo alcanzar el Número 1, pero no es mi único objetivo
P. ¿Se marcaron algún objetivo para esta temporada?
R. Bueno, primer objetivo meternos entre las ocho primeras parejas. Mi objetivo individual es volver a jugar el Master, que eso significaría ya estar asentado en los 16 primeros.
P. Quitarse de encima el tópico de pareja que sólo remata o que sólo rinde bien en pistas rápidas imaginamos que es algo a tratar también.
R. Sí, claro. Si somos capaces de jugar bien en todas las pistas, pues seremos una pareja mejor. Luego hay que mirar qué consideramos una pista lenta, porque realmente no hay tantas durante el año. Miami a lo mejor era un poco más lenta y lo hicimos bien, perdimos con Lebrón y Stupa pero ni mucho menos fue una paliza, estuvimos ahí y ellos acabaron subcampeones. Honestamente, creo que estamos para jugar en cualquier tipo de pista aunque es obvio que nos benefician más como la de Chile.
P. ¿Cómo se forjó la unión con Leo? ¿Quién llamó a quién?
R. Bueno, pues yo hablo con Paco a finales del año pasado de que íbamos a dejar de jugar juntos, y ahí las parejas de la parte alta estaban ya más o menos cerradas. Hable con Seba, con mi equipo, con mi gente de confianza, y todos coincidíamos en que la mejor opción, que además era la que más me atraía y me hacía ilusión, era la de Leo Augsburger. Él ya me había llamado antes, y bueno, yo lo tenía un poco ‘esperando’, digamos, porque nadie quiere salirse de las 8 parejas por el hándicap que tienen los cruces. Pero, insisto, creo que era la opción más lógica para mí.
Augsburger es la pareja perfecta para un proyecto a largo plazo
P. ¿Sentiste que era un pequeño paso atrás el volver a salir del top-8?
R. No, no lo vi como un paso atrás porque yo con Paquito acabé jugando mal, muy mal, ni cerca del nivel de los 16 mejores del mundo. Entonces, ni mucho menos lo vi así, porque además siempre me gusta tener nuevos retos por delante. Creo que un paso atrás, si lo haces bien, puede acabar siendo un empujón hacia adelante, porque como os digo en la segunda mitad del año no era yo en la pista, dejé de disfrutar de la competición.
P. ¿Por qué no disfrutaba?
R. Estaba incómodo, frustrado. Jugar con Paquito era una oportunidad única para mí, encima tuvimos resultados buenos, al menos los normales, pero no estaba bien ni jugaba seguro. Como os he dicho, siempre quiero mejorar porque no quiero ser el 15 del mundo toda la vida, pero ni mejoraba ni era capaz de demostrar esto en pista.
Pablo Cardona celebra un punto esta temporada.
P. ¿Influyó también la presión o la responsabilidad de jugar con una figura como Paquito Navarro?
R. A mí la presión nunca me ha nunca me ha pesado, de verdad, y eso que la gente lo primero que dice cuando juegas con alguien tan top es que la presión te puede. En mi caso, no. Yo de lo que me di cuenta jugando con Paquito era de todas mis carencias, que se exponían continuamente porque todos los viernes ya me enfrentaba a los mejores del mundo. Cuando jugaba con Javi Ruiz, por ejemplo, hacía cuartos y era una sorpresa, y a partir de ahí… a disfrutar. Ahora con Paco llegaba a cuartos y ahí es cuando tienes que empezar a jugar de verdad. Digamos que mis debilidades se abrieron, estaba mucho más expuesto, y ahí me di cuenta de que tenía que mejorar 50.000 cosas.
Creo que me merecía haber sido convocado para el Mundial
P. A pesar de esto, ¿la temporada 2024 fue positiva para usted?
R. Por supuesto, imagínate, es súper positiva. Empecé el año el 67 o 70 incluso y acabé el año del 15. No sé si hay algún jugador que haya pegado ese subidón en el ránking últimamente. Creo que aparte era el segundo jugador más joven en jugar al Master Final entre Coello y Tapia. Estaba todo pintado para mí, vaya.
P. De todos modos, percibimos mucha autocrítica sobre sí mismo. ¿Es así habitualmente?
R. Bastante, sí, pero también soy realista. Mi primera mitad del año pasado creo que jugué una locura a un nivel altísimo y por eso tuve la oportunidad de jugar con Paquito. Ya en ese momento, mi nivel bajó, o al menos no subió como me esperaba. Yo esperaba jugar con Paco y y ganar partidos a las cuatro primeras parejas, pero la realidad es que en la mayoría de cruces contra ellas, salvo dos ocasiones contadas, nos barrieron. Por eso no podía estar contento de estar en cuartos de final siendo pareja 5.
El pádel cada vez es más grande e igual está yendo demasiado rápido
P. ¿Qué carencias notó en su juego?
R. Bueno, sobre todo irregularidad. Para mí, los jugadores más top juegan bien siempre, o casi siempre, y con un nivel bajito de errores no forzados. Y yo el año pasado me consideraba que tenía muchos errores y un poco de inestabilidad, no era suficientemente sólido como para ganar partidos a las parejas de arriba. A final. Bueno, que las estadísticas hablan. El otro día contra Coello y Tapia creo que hice cinco errores no forzados y ahí puedes ganar un partido, pero con 20 errores o 15 que he acabado algunos partidos, no se puede ganar a nadie.
P. ¿Llegó a verse con opciones de ir convocado al Mundial?
R. Sí, de hecho es que justamente ante Del Mundial fue el mejor momento de la temporada, porque yo empecé a jugar peor después. En Dubai perdimos en octavos con Paco, esa nos dolió mucho y creo que ya no volvimos a a jugar a un gran nivel, pero antes no estábamos jugando mal. Así que sí, me vi con opciones, y de hecho, lo voy a decir, creo que me merecía ir. Dicho esto, también lo merecían otros muchos que no fueron, pero bueno, es muy difícil ser seleccionador, tienes que tener tantas cosas en cuenta… es complicado.
P. ¿Le sorprendió cómo jugaron Tino Libaak y Leo Augsburger el último punto de la final?
R. Para nada, de verdad. Eran una pareja que ya en World Padel Tour saliendo de previas se metieron en una final. Es verdad que podían perder en previas pero luego llegaba al domingo en un rango de dos semanas, entonces yo sabía que en una final del Mundial, en un partido en el que ellos no tenían esa presión, podían hacer un partidazo. Lo de Paquito y Yanguas era complicado, porque tenían mucho más ránking y experiencia… es que prácticamente no tienes excusa para no ganar.
Los jugadores de pádel somos los que somos, y si no jugamos en un sitio, lo haremos en otro
P. ¿Le ha cambiado mucho la vida en este último año? Subida de ránking, jugar con Paquito, dinero, patrocinio, relevancia, fotos por la calle…
R. Sin duda, no tiene nada que ver. Estaba en un segundo plano y de repente estar entre los 16 mejores del mundo te cambia por completo la vida. Sobre todo el hecho de jugar con Paquito, que probablemente sea el más mediático de este deporte, es lo que me la ha cambiado. Íbamos a los estadios y todo el mundo quería verlo, entonces es algo como que se pega un poco y uno se intenta ‘aprovechar’ de esa situación. En ese sentido, Paquito me ha ayudado mucho, no solo a nivel de pádel, sino por todo lo que le rodea.
P. ¿Ha tenido algún momento en el que se le haya ‘subido’ demasiado a la cabeza?
R. Pues seguramente me haya agrandado alguna vez después de un buen resultado. Pero bueno, esto es deporte y cuando te vienes un poco arriba, te pone en tu sitio. Basta que te confíes un poco, vayas al siguiente torneo y se te ponga en tu sitio antes incluso de que te haya dado tiempo a disfrutarlo.
Cardona y Navarro, la temporada pasada.
P. ¿Tiene algún lugar de ‘desconexión’ para olvidarse del pádel cuando está saturado?
R. Mi sitio de resetear y recargar pilas es Mérida, yo en cuanto veo que estoy un poco quemado, cojo el coche y tiro para allí el fin de semana o lo que necesite, una semana. Y allí estoy con con mi familia, que me encanta, con mis amigos de toda la vida y vuelvo a ser el de siempre, olvidándote un poco del pádel. Es como mágico, voy unos días y vuelvo nuevo. De hecho lo hablo mucho son Seba (Nerone), que muchas veces ni me dice nada cuando me voy porque sabe que cuando vuelva a Madrid a entrenar será como si llevase un año sin jugar.
Alguna vez se te puede subir a la cabeza el éxito, pero el deporte te pone rápido en tu sitio
P. ¿Qué es lo que más echa de menos de estar tantas semanas fuera de viaje?
R. Pues estar en casa, con mi familia, soy muy familiar, me gusta estar con mi gente en mi zona de confort, poder salir el fin de semana a cenar tranquilamente… Mi familia, por suerte, entiende mi profesión y me apoyan a muerte, acompañándome siempre que el trabajo lo permite.
P. Muchos hablan -habláis- del objetivo del número 1, pero pocos pueden conseguirlo aunque parezca que muchos de vosotros estáis predestinados a lograrlo. ¿Le llega a obsesionar esto?
R. Como os he dicho, a mí lo que más me gusta es ser cada vez mejor, cuidarme más, entrenar mejor, tener un buen equipo… y todo eso te va a llevar al 1, al 3 o al 5. Quiero alcanzar mi máximo potencial y sé que eso me puede llevar al Número 1, pero no es el único objetivo que tengo.
“Si me hubiese quedado estancado en el pádel, no habría tenido problema en dejarlo y ponerme a estudiar
P. ¿Cómo empieza su amor por el pádel? ¿En qué momento se dio cuenta de que podía dedicarse profesionalmente a esto?
R. Bueno, yo en categorías inferiores siempre he ido destacando. He sido varias veces campeón de España en Menores, también de Europa, y me vine a Madrid justo al acabar Bachillerato. Yo, de verdad, siempre he querido ser profesional y he entrenado para ello, pero cuando ya me mudo y voy a estudiar a Madrid… ahí te empiezas a dar cuenta. Compaginaba pádel y estudios al principio, pero no recuerdo una conversación concreta con mis padres en la que analizásemos las opciones, era como algo que dábamos por hecho. Si quería crecer, tenía que venir aquí, y digamos que ha sido todo bastante natural y que los pasos se han ido dando solos.
P. ¿Qué tal fue la experiencia de cambiar una ciudad como Mérida a Madrid?
R. Hombre, yo creo que el primer momento, el más duro, son los primeros meses. Yo cuando me vine a vivir a Madrid al principio vivía solo, ahora vivo con Fran Guerrero y ahora ya va es mucho mejor. Al principio sólo iba a entrenar, cogía el Metro y hasta me compré un patinete para ahorrar algo de tiempo porque no tenía ni vida social. Ahora ya no hago ningún esfuerzo, vengo a entrenar con gusto, vivo donde quiero, llego en coche, luego me voy a casa o al fisio… Cuando estás más arriba, la vida del deportista es muy cómoda, pero ese primer momento es complicado porque no sabes si llegarás o no.
No sé si el pádel en el futuro se parecerá más al tenis, si será más show como la NBA o si incluso se jugará por equipos
P. ¿Llegó a pensar ‘qué estoy haciendo aquí’?
R. No tan así, pero hubo muchos momentos jodidos… pero sabía que era algo que tenía que pasar. Sabía que si no subía de ránking más o menos rápido, lo de estar en Madrid no iba a ser eterno, tenía que darme un par de años de margen (lo que tenía de contrato profesional). Dicho esto, si me hubiese quedado estancado, me habría puesto a estudiar y listo. Empecé ADE con inglés pero acabó siendo inviable con tanto viaje.
P. ¿Se ha planteado alguna vez que pueda acabar algo quemado del deporte, con todo lo que tiene a su alrededor?
R. No, y no porque me gusta mucho el pádel u otro deporte como el tenis. A mí lo que me gusta es mejorar. Entonces yo soy feliz viniendo a entrenar, me enfado entrenando, luego me voy para casa rallado y porque no estoy haciendo esto bien o porque el gimnasio ha hecho algo mal… Pero yo soy feliz así. Entonces no creo que me canse de eso, porque seguramente el día que deje de jugar intente ser mejor en ser mejor en otra cosa, en algo que me guste y me apasione.
P. ¿Cómo ve la situación del pádel profesional tras estos meses convulsos?
R. Yo intento dejarlo de lado, pero es cierto que ahora mismo la palabra que mejor define el pádel es incertidumbre, para todo el mundo. Es un qué va a pasar y si se están haciendo las cosas bien todo el rato. Pienso que ahora mismo estamos quizás dando pasos hacia atrás como deporte, pero seguro que después de eso daremos un empujón hacia adelante para que todo mejore. Eso sí, nadie va a hacer siempre las cosas bien, ni el Tour ni los jugadores, porque esto cada vez es más grande e igual se está yendo demasiado rápido. Hay que adaptar las cosas, ponernos de acuerdo y seguro que llegará la normalidad.
P. ¿Le ha llegado a dar vértigo o miedo este panorama?
R. Siempre aparece la duda de si estamos haciendo lo correcto, pero los jugadores de pádel somos los que somos, y si no jugamos en un sitio, lo haremos en otro. Son momentos complicados, sí, pero estamos mejor que antes. Yo igual soy demasiado nuevo en esto o tengo menos experiencia, pero yo no creo que esto sea un problema sin solución o que se vaya a acabar el pádel. Dentro de lo malo hay que ver siempre también el lado bueno, estamos jugando en muchos países, llegando a lugares increíbles, nos ve mucha gente… en general, para mí, la flecha apunta hacia arriba.
Irme a Mérida es mágico para mí. Cuando estoy quemado me voy allí unos días, con mi gente, vuelvo a ser el de siempre y me sirve para resetear
P. ¿Dónde ve el pádel en un futuro a medio plazo?
R. Es difícil decirlo porque creo que será lo que la gente vaya pidiendo. Igual se convierte en algo más parecido al tenis, o quizás en NBA y algo más show, o una competición por equipos… Es que hay muchas alternativas. Pienso que igual lo más lógico es seguir el camino del tenis, aunque a mí nunca me ha gustado esa comparación, y siga habiendo un Tour como ahora… pero eso, quién sabe. No sé si en un futuro torneos como la Reserve, la Hexagon o la PPL seguirán ahí con éxito o puedan convertirse en el circuito principal.
P. ¿Se imagina siendo una súper estrella del deporte? ¿O preferiría seguir así en un deporte menos conocido?
R. Quizás si esto sigue así, los tops sean super estrellas como tenistas en unos 10 años, no lo sé. Tendría que ser Djokovic por un día para saber cómo vive, si puede salir a la calle y pasear (risas). Todo sería verlo, pero estoy de acuerdo con lo que dijo Coello hace poco, que tiene una fama perfecta en la que se aprovecha, digamos, de ser conocido, pero que nadie le molestaba por la calle. Y si lo dice el número 1… yo pienso lo mismo.
This news was originally published on this post .
Be the first to leave a comment