
Estamos acostumbrados a los canastones de Sergio Llull en los partidos, a veces tiros imposibles, y otras compañados por la diosa fortuna. Su cuarto triple en el Palau es de las segundas, un balón que se estrelló en el aro para elevarse… y caer dentro del aro de forma limpia.
El triple, en un partido normal en un momento cualquiera, no pasaría de anécdota, pero en esta ocasión lo firma en el Palau y en el momento más caliente del partido.
Era cuando el Barça apretaba más. Una canasta de Brizuela y otra de Parra habían puesto por delante al Barça, 83-82. A 1:21 para el final, Llull asumió la responsabilidad del lanzamiento para clavar ese triple con un rebote afortunado. Era el cuarto de su cuenta, en cinco intentos, para acabar con 19 puntos y le daba de nuevo la ventaja al Madrid.
Luego llegó el triple de Musa, desde unos ocho metros, tras el decisivo rebote de Tavares en los fallos de tiro libre de Deck. Los dos triples fueron decisivos para la victoria del Madrid como dijo al final el técnico del Barça, Joan Peñarroya: “Un triple de Llull que toca en el aro y en el techo y luego entra y otro de Musa de ocho metros, han sido claves”.
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