
Su centro de operaciones está en Navarra: “Sí, porque en Pamplona justamente hay una agencia de valores pequeñita que me ofreció esa posibilidad. Algunos jugadores de Osasuna trabajaban en ella… y entonces empiezo allí. Conocíamos la ciudad, tenía buenos amigos y, bueno, de hecho mis dos hijos han nacido en Pamplona, con lo cual somos prácticamente unos navarros más pese a ser yo de Cataluña. Y sí, estuve dos años allí y después, ya con más conocimiento, algo más de experiencia, decido dar el salto a una entidad de más envergadura”.
Pero el encuentro de Primera Plana con Marc Bertrán se produce en la sede madrileña de A&G. “Al final se trata de montarte tu zona laboral con mucha flexibilidad. El día a día es muy variado, y no podría decir uno tipo porque no lo tengo, más en mi caso que puedo estar un día en la oficina y tres viajando. Estoy entre ordenador y llamadas, haciendo análisis de datos, seguimiento de carteras, reuniones con clientes, formaciones en PBC [Prevención de Blanqueo de Capitales] o en LOPD [Ley Orgánica de Protección de Datos], reciclaje… muchísimas cosas. Es verdad que un banquero al uso tiene los clientes más concentrados en una zona geográfica y yo por mi casuística los tengo en toda España, así que viajo mucho. Vengo aquí, voy a Palma, voy a Vitoria, voy a Bilbao, voy a Granada… también por ejemplo a Qatar”.
A&G es “más que banca privada”, reza el folleto a disposición. “En la práctica la relación de los clientes con las entidades se materializa en su relación con las personas que los atienden. Es el eslabón en el que debemos concentrar conocimientos, excelencia y los valores por los que queremos ser reconocidos. En un mundo perfecto, deberíamos liberar a estos profesionales de cualquier otro objetivo que no sea conseguir la mayor satisfacción de sus clientes”, añade la compañía. Y Marc es precisamente uno de esos profesionales…
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“Yo quería una entidad independiente ciento por ciento, meritocrática también, que al final pues premia un poco al que es bueno y lo hace bien. Creo que no pude elegir mejor y, honestamente, estoy muy contento. Ya llevo casi seis años en A&G, quizás la mejor entidad independiente en España. Para mí el problema fundamental que ha existido en la banca en los últimos 20 años básicamente ha pasado por un conflicto de interés entre las entidades y los clientes, así que yo quería estar en una entidad con cero conflicto de interés, independiente total. Entonces hay pocas en el mercado que lo sean de forma tan clara y por eso decido dar el paso”.
La cuestión es que el asesor de ahora es el futbolista de antes. Bertrán vivió una carrera entre la máxima categoría y la división de plata, pasando por Espanyol, Córdoba, Cádiz, Lorca, Tenerife, Osasuna, Recreativo, Leganés y Zaragoza. Ni siquiera hace una década de su retirada, aunque el periplo haga pensar en más tiempo: “He conocido muchos clubes distintos. Son nueve, cada uno con sus formas y con sus características. Algunos son grandes, pero también han estado en momentos difíciles. Quizás de donde guardo mejor recuerdo es de Osasuna, porque Pamplona es justamente la ciudad en la que acabo después de mi carrera deportiva. El recorrido ha sido muy enriquecedor y la verdad es que también me da esa característica ahora mismo de conocer mucha gente relacionada con el fútbol”.
La del asesor patrimonial es una figura fundamental a día de hoy para los jugadores
El sol baña la sala del Cabo de Buena Esperanza en un edificio moderno y sostenible, situado en pleno Paseo de la Castellana con vistas a Nuevos Ministerios. Justo detrás de Marc, el cuadro ‘La Construcción del Ego’ es testigo mudo de la conversación. Siete plantas más abajo ha quedado ‘Opfergang’. Con ellos, respectivamente, Inés Rubio y Cristina Toledo se han proclamado finalista y ganadora de la cuarta edición del premio de arte… A&G: “El objetivo principal es promover la producción y difusión del trabajo de los artistas emergentes españoles”. Cuestión de valores, en fin.
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“Yo creo que es muy importante lo que proyectamos durante la carrera deportiva”, continúa Bertrán. “Esa imagen del Marc estudiante que iba en los aviones y estaba con sus libros, que siempre era el que se estaba sacando la carrera, en ese momento sin ser consciente porque yo lo hacía porque me gustaba y porque quería formarme, pues ahora de alguna forma se te vuelve para bien. Cuando tú llamas y dices ‘oye, mira, soy tal, me dedico a esto…’, la gente se acuerda de ti, está dispuesta a escucharte, a sentarse contigo y a poder empatizar. Al final siendo exjugador, para lo bueno y para lo malo, tienes esa capacidad de saber un poco lo que se le pasa por la cabeza a esa persona. Todos tenemos inquietudes parecidas y un plan vital, porque la del deportista es una carrera particular. Creo que esa parte la entiendo muy bien”.
Y es que siempre tuvo ese afán por la formación… que venía de familia. “Me gusta contar una pequeña anécdota: con 16 años viene el Espanyol y yo soy de La Pobla de Segur, un pueblo muy pequeño en el Pirineo de Lérida. Mi padre me pregunta si me hace ilusión y le digo que es el sueño de mi vida, que quiero bajar, pero él me dice que vale, que me vaya, pero que continúe con los estudios y que si no apruebo suba otra vez para arriba. ¿Vale? Ésa es la condición que me pone. Yo siempre había sido buen estudiante y la verdad es que desde entonces también lo he mantenido, compaginando con la carrera deportiva, en la que el deportista tiene tiempo para formarse si se sabe organizar. Yo creo que eso es una parte importante y a los clientes que tienen curiosidad y esa libertad para hacerlo, pues trato de incentivarlos. Esa parte la he hecho bien: primero saqué Educación Física en la Universidad de Barcelona y después Economía por la UNED, además de titulaciones específicas en Finanzas”, desmenuza.
Se trata básicamente de acompañar; el asesoramiento es como un plan de vida
Se trata de un exdeportista que trabaja ahora con deportistas. No sólo con ellos, pero sobre todo con ellos. “Nombres no puedo dar, pero yo te diría que tengo entre 70 y 80. A&G tiene clientes muy variados, de muchos sectores y en todas las ubicaciones, pero al final es donde tengo más acceso y donde he podido conseguir más clientes. El asesoramiento patrimonial es una parte fundamental en su vida y en la de todas las personas. Hay que llevar un seguimiento exhaustivo de todo lo que se hace y básicamente consiste en acompañar. En esa parte del patrimonio, tan relevante, me gusta diferenciar entre una fase de acumulación durante la carrera deportiva y una fase digamos de rentas después de la retirada. Se trata de poder ubicar y decidir bien dónde meter el dinero para que nos rente un poquito”.
Junto a Cristiano, en un Osasuna-Real Madrid.
Bertrán admite que, en ese sentido, el futbolista de hoy es diferente al de ayer: “Sí, hay mucha más conciencia de lo importante que es la figura del asesor o del gestor patrimonial. Yo creo que ahora es una figura fundamental en la vida y la gente o los deportistas son conscientes desde los 20, 21 o 22, porque hablan con un compañero, porque les dicen, porque les preguntan… Esa parte ha evolucionado mucho desde cuando yo jugaba. Todo deportista necesita tener una persona que lo acompañe y lo ayude en su proceso. Lo más difícil, como digo, es dar el primer paso y que confíen en ti cuando no tienes prácticamente cartera. Una vez has podido salvarlo con mucho trabajo, mucha dedicación, y haciendo las cosas bien, porque, si no, no hay otra, yo creo que es más sencillo progresar. Haber sido futbolista sí me da cierta capacidad para empatizar un poco”.
En lo que a la inversión respecta, a cada uno lo suyo: “Diversificar es un principio básico, pero al final es una colocación de activos en función de un perfil de riesgo y esto va muy acorde con cada persona. Es un plan totalmente individualizado y varía porque hay momentos en que es más interesante apostar por una temática y momentos para otra. Para eso el banco tiene un equipo de gestión y de asesoramiento que nos provee de muchísima información de calidad, a la que a nosotros nos costaría acceder. Ese proceso nos ayuda e intentamos desde ahí tomar las mejores decisiones para hacer a cada cliente un portfolio lo más adecuado posible. A mí me gusta homogeneizar las carteras, porque lo que es interesante para uno lo es para todos, pero a lo mejor algún cliente tiene un sesgo y te exige que sus inversiones estén más enfocadas en algo que él conoce y en lo que puede decidir”.
No es malo pensar en el futuro; hay que tener en mente que el fútbol se acaba
Porque son numerosos los sectores en los que un deportista puede depositar parte de su patrimonio: “Tenemos una variedad enorme en proyectos y en fondos de capital riesgo. Hemos estado en residencias de estudiantes los últimos años, con un éxito tremendo; hemos tenido fondos de transición energética de renovables, que han funcionado y están funcionando muy bien; ‘venture capital’, tecnológicas americanas… Hemos tenido un poco de todo. En esa variedad, en esa diversificación, también está el éxito de todo esto”.
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Y una vez más, la formación. Continua, en este caso, teniendo en cuenta el ámbito en el que se mueven los asesores: “De hecho hay un requisito legal que nos exige unas horas para seguir asesorando. Existe una regulación en el sector, yo diría que exhaustiva y muy elevada, lo cual no me parece mal. Creo que asegurarte de que la persona que está enfrente tuyo tiene unos conocimientos y tiene un ‘track récord’ es muy importante. Eso es un requisito, lo tenemos muy interiorizado y lo vamos haciendo todos los años”. Porque también hay que luchar contra el intrusismo en forma de personas que ‘aconsejan’ a los jugadores sin estar preparadas para ello: “Las hay, pero al final el regulador está justo para eso. Yo creo que cada vez te va acotando un poco más. Y ahora hay una normativa muy clara: para poder asesorar, una persona tiene que cumplir unos requisitos; si no lo hace, básicamente está prohibido”. Los que intervienen lo justo son los propios clubes: “No se meten en esa parcela. Al final es una decisión individual del deportista, que a veces va acompañada de su entorno, pero las entidades no suelen inmiscuirse ahí”.
Llega el fin de semana, eso sí, y Marc se convierte en un aficionado más: “Sí, los mercados están cerrados y soy muy futbolero, así que puedo seguirlo como lo seguía antes. Además, como yo creo que tengo clientes en la mitad prácticamente de equipos de Primera división, estoy siempre mirando. Mi hijo es muy deportista, muy futbolero, y somos socios de Osasuna. Vamos todos los fines de semana a El Sadar. No practico ya, pero sí que me gusta ver fútbol”.
Algún estudio dice que cuanto más ganes más probable es que termines en la ruina
A la hora de sacar conclusiones, Bertrán insiste en que la imagen del futbolista de élite que despilfarra tanto dinero como gana está superada ya: “Bueno, yo creo que cada vez hay más conocimiento y que cada vez la gente está más preparada, pero sí es verdad que éste es un mundo muy específico y que cada deportista necesita una persona, un asesor que le ayude en el proceso. Eso es fundamental. Y ciertos estudios dicen que cuanto más ganas más probable es que acabes en la ruina, pero yo hablo por mis clientes y un poco por el grupo humano que tengo, del que estoy muy orgulloso, y que es de gente bastante formada y bastante normal”.
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Seis meses sin ficha… en 2014
No vale el caso de Dani Olmo o Pau Víctor, que han seguido jugando, pero hace algo más de una década Bertrán también tuvo problemas con su inscripción. “Eso yo lo he vivido. Me quedé sin ficha seis meses en el Recreativo de Huelva (jugó cedido en el Leganés) y después me fui al Zaragoza. A ver, yo creo que el fútbol ha evolucionado muchísimo, para bien, y que ahora, salvo algún caso puntual muy sonado, de algún gran equipo, no existe el problema que teníamos antes. Esto ha mejorado mucho por el sindicato, porque el jugadores tiene muchos más derechos, porque está garantizado el salario… ahí hemos dado pasos de gigante los deportistas, los futbolistas en concreto, y no tiene nada que ver la situación de cuando Pedro León o yo mismo, aunque de mí no hablaba nadie, estábamos sin ficha”, recuerda al respecto.
Por delante, el futuro. Ajeno: “Es fundamental darse cuenta de que te retiras con 35 años y hay toda una vida por delante. Hay que buscar nuevos objetivos, nuevos retos, y todo eso se afronta mucho mejor si tienes formación, porque podrás a lo mejor elegir dónde y a qué quieres dedicarte. A mí esta segunda fase de mi vida me aporta mucha satisfacción, porque me he podido abrir camino en un sector que es muy complejo. Tengo detrás un grupo, de conocidos y no conocidos que me han ido presentado, y lo digo con orgullo. Siempre que hablo con mis clientes les animo a que le den una pensada, porque no es malo atender al futuro. Es muy bueno tener en mente que esto se acaba, que el físico es el que es, que el fútbol cada vez es más exigente… y que con 35 toca bajar la persiana y a ver qué haces”. Y propio, por supuesto: “Me veo en A&G muchos años. Honestamente, estoy con un confort enorme y me siento bien. Creo que al final los números me acompañan, en el sentido de que he podido crecer en volumen y en número de clientes de forma muy estable desde que entré en la casa. Y esa parte no se consigue si no haces las cosas con sentido”.
Marc Bertrán, de futbolista a trabajar con futbolistas como… ¿banquero? “Claro que se me puede llamar así. De hecho es lo que soy”, completa.
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