Luis Enrique se fue mal del Real Madrid. Muy mal. Su salida fue tormentosa, algo que se agravó con el paso del tiempo, sobre todo durante su larga etapa como jugador del Barcelona, el equipo en el que se convirtió en ídolo para la grada y que se colocó segundo en su corazón, siempre por detrás de su adorado Sporting. Fue un final abrupto, feo y violento para una historia que había comenzado con una sintonía total.
En la primavera de 1991, Luis Enrique era un joven de 21 años que la rompía en El Molinón. El delantero de moda del fútbol español se convirtió en objeto de deseo de los dos gigantes: Real Madrid y Barcelona.
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El equipo blanco, presidido por Ramón Mendoza, alcanzó un acuerdo con el jugador, al que garantizó el pago de su cláusula de rescisión: 250 millones de pesetas (1,5 millones de euros). El Barça, con José Luis Núñez al mando, puso sobre la mesa del Sporting una cantidad superior a la fijada en la cláusula.
De nada sirvieron los esfuerzos de Plácido Rodríguez por ingresar más dinero en las arcas del club. Luis Enrique tenía claro que quería ir al Madrid, y el conjunto blanco no estaba dispuesto a pagar más de lo estipulado. En esa batalla, el 30 de abril, el presidente rojiblanco aseguraba que el traspaso al Barcelona era cuestión de horas. Al enredo se sumó Mendoza, negando un interés que en Gijón todos sabían que era mucho más que eso: un acuerdo ya totalmente cerrado.
Reunión y enfado
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El 24 de junio, consciente de que la marcha de su canterano al Madrid era ya una realidad, el presidente del Sporting se plantó en el Bernabéu para que Mendoza le explicase en persona qué había ocurrido.
“No me parece adecuada la forma en que el Real Madrid y Luis Enrique han llevado a cabo la negociación. No me ha sentado nada bien todo esto. En todo momento han actuado a espaldas del Sporting. He venido a Madrid para obtener la confirmación de Ramón Mendoza sobre el fichaje de Luis Enrique. Ni el jugador ni su representante nos confirmaron a tiempo que existía un precontrato con el Real Madrid”, señaló.
“No me parece adecuada la forma en que el Real Madrid y Luis Enrique han llevado a cabo la negociación
Plácido Rodríguez no ocultó que hubiese preferido un traspaso al Barcelona, ya que de esa manera su club habría recibido más dinero.
Adiós con el Sporting en Europa
Ese mismo día, por la mañana, el Real Madria anunciaba a Luis Enrique y Mikel Lasa. El vasco fue presentado de inmediato. No fueron los únicos. Por la tarde, las puertas del Bernabéu se abrieron de nuevo, esta vez para la presentación del gran fichaje del club blanco esa temporada: Robert Prosinecki.
Luis Enrique, junto a Ramón Mendoza, el día de su presentación en el Santiago Bernabéu.
Luis Enrique llegó a Madrid días después. Porque el 23 de junio, el Sporting perdía 1-0 en Mallorca en el partido de vuelta de las semifinales de Copa. La final se le escapaba, ya que en El Molinón el marcador también había sido 1-0 para los baleares.
Su último gol con el Sporting en Liga había sido el 9 de junio, en Mestalla, y sirvió para asegurar la clasificación de los asturianos para la UEFA. El Sporting no ha vuelto a Europa desde entonces.
Habla de blanco
Pasada la presentación, que tuvo lugar el 2 de julio, Luis Enrique visitó la redacción de MARCA para celebrar su fichaje por el Real Madrid.
Estaba radiante: “Aún no me creo que sea jugador del Madrid. Estoy en una nube” aseguraba. Obviamente, uno de los temas a tratar fue qué le llevó a fichar por el Madrid y no por el Barça: “Estudiando todas las ofertas, la que más me interesaba era la del Real Madrid. Desde un principio tenía bastante claro que podía jugar aquí. Supone un orgullo recalar en el Real Madrid”, contaba.
Luis Enrique celebra un gol de Míchel durante su primera temporada en el Real Madrid.
Estudiando todas las ofertas, la que más me interesaba era la del Real Madrid. Es un orgullo
Luis Enrique también respondió a las críticas del presidente del Sporting: “No creo que hayamos actuado por libre. Simplemente ha habido unas negociaciones. Además, Mendoza ya habló con Plácido. Yo lo hice el lunes y no vi que estuviera herido. Me deseó suerte, nada más. El Sporting me tasó en una cantidad; si luego viene un equipo y te ofrece ese dinero, no tiene por qué haber problema”.
El debut, con Antic
El estreno de Luis Enrique como madridista llegó el 28 de julio, ante el Monfalcone. Radomir Antic lo incluyó en el once inicial en el primer partido de la pretemporada, en el norte de Italia. Su primer gol con la camiseta blanca llegó dos días después, en el 2-5 frente al Austria Klagenfurt.
Aunque su salida del Real Madrid en 1996 fue volcánica, tras cinco temporadas, Luis Enrique hizo amistades madridistas que conservaría de por vida. Por encima de todas, destaca la de Míchel. El actual entrenador del Al-Qadisiyah acogió al joven de 20 años como a un hermano. Y así siguen.
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