La Ligue 1 2025/2026 no ha podido comenzar de manera más agitada. En la primera jornada del campeonato, el Stade Brestois y el Lille protagonizaron un vibrante empate 3-3, pero el resultado final podría no ser definitivo. Todo se centra en una jugada polémica ocurrida en el minuto 66, que ha abierto un debate que podría llegar a las oficinas de la Ligue de Football Professionnel (LFP) y, en el peor de los casos, alterar el marcador final a posteriori.
El protagonista involuntario de la polémica es el colegiado internacional Clément Turpin. La jugada clave se originó en un saque de esquina a favor del Lille. Tras el lanzamiento, el delantero congoleño Mukau aprovechó un balón suelto en el área para marcar el 2-3 parcial. Sin embargo, antes del remate el asistente levantó su bandera, indicando que el balón había salido completamente, lo que llevó a algunos jugadores locales a la falsa creencia de que la jugada estaba invalidada. Turpin, en primera instancia, hizo caso a su asistente y anuló el gol.
Turpin dirigiendo un encuentro.
Los jugadores del Brest, al ver la señalización del linier y la anulación por parte del árbitro principal, se detuvieron, entendiendo que la acción estaba invalidada. El desconcierto se adueñó del estadio Francis-Le Blé, pero lo que vino después encendió aún más la mecha. Desde la sala VAR se recomendó revisar la jugada y se determinó que el balón no había salido completamente, tal y como se observa en el vídeo. Ante esto, Turpin rectificó su decisión y concedió el gol, desatando una tormenta de protestas por parte del equipo local, que se sintió claramente perjudicado.
Reserva técnica
Lo más grave del asunto es la percepción de que la jugada estuvo mal gestionada desde el punto de vista arbitral. En este caso, el VAR intervino para validar un balón que supuestamente había salido, pero lo que cuestiona el Brest no es si salió o no, sino el desarrollo posterior de la acción. Sus jugadores dejaron de jugar -al menos bajaron su intensidad- al ver que el asistente levantaba la bandera y se sienten perjudicados.
En una situación insólita, el capitán del Brest, Brendan Chardonnet, tomó la iniciativa antes de reiniciar el partido. El jugador firmó una reserva técnica, un procedimiento contemplado en el reglamento de la LFP que permite a un equipo impugnar una decisión arbitral si considera que se ha aplicado de forma incorrecta el reglamento. El documento fue firmado también por el árbitro, como establece el protocolo, lo que significa que ahora será la LFP la que deba estudiar la jugada y decidir si hay base suficiente para una corrección posterior del resultado.
Brendan Chardonnet.
Cambiar un resultado una vez finalizado el encuentro es un hecho extremadamente raro en el fútbol profesional francés. Solo en situaciones flagrantes, como alineaciones indebidas o errores manifiestos de reglamento (por ejemplo, permitir un sexto cambio no autorizado), se ha visto revertido el resultado oficial de un partido. Veremos que decide la LFP, pero todo hace indicar que las probabilidades de que se repita o se modifique el resultado son muy bajas.
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