En las infancias y adolescencias de mucha gente existe ese término del amor de verano. El pasajero, el de los meses de calor donde todo el mundo se ve más guapo, más esbelto y más… todo, en definitiva. En la Fórmula 1 también debe buscarse después de las semanas del parón con una de sus figuras que vuelve a estar en el foco, Lewis Hamilton. El siete veces campeón vivió ese enamoramiento temprano con Ferrari (iba de lo icónico hasta lo personal), pero en pista la cosa cambió radicalmente. “Deberían cambiar de piloto”, dijo tras la clasificación de Hungría, quizá su peor momento en 18 años de carrera deportiva. “Soy un inútil”, repitió en el corralito del Hungaroring.
Lewis Hamilton, en el GP de Bélgica 2025.
Hamilton ha vivido un verano alejado del foco. Ya no se desveló nada más de su relación con Ferrari, ni de sus informes. Pasó a la sombra para tratar de levantar el vuelo en la segunda parte del curso. Una en la que ya no es un candidato, simplemente querrá enmendar errores. Ser más constante en clasificación y hacer bueno el ritmo en carrera para acercarse a los podios y al nivel de su compañero de box, Charles Leclerc. El monegasco terminó muy enfadado en Hungría, George Russell le llegó a acusar de alguna trampa en el SF-25. Pero sí es el que se ha acercado a ganar. Algo que en Ferrari no ocurre desde Sainz en México del pasado año.
A Hamilton se le han sumado varios motivos de peso que lastraron la primera mitad de temporada. El principal está relacionado con el pilotaje, el estilo de entrada en curva y frenado y un coche que no estaba adaptado a lo que pide el heptacampeón. Ferrari trató de corregirlo con la última actualización, pero no notó nada hasta el momento. Leclerc, por su lado, sí que entendió más las actualizaciones y sin la estrategia de McLaren con Norris quizá podría haber ganado en Hungría.
A su favor está el fin de la reglamentación actual. Pero todavía debe dar el callo en un final de año importante para el equipo rojo. Por ello, el parón le viene que ni pintado. “Estoy agradecido por este tiempo. Por la oportunidad de descansar y recargar. Debemos abrazar la luz de la verdad y el amor. Y cuidemos de nosotros mismos para que podamos cuidar mejor de los demás”, reflexionó en sus redes sociales en los últimos días.
Hamilton, en el coche.
Estoy agradecido por este tiempo. Por la oportunidad de descansar y recargar. Debemos abrazar la luz de la verdad y el amor. Y cuidemos de nosotros mismos para que podamos cuidar mejor de los demás
Quiere ser él mismo. El que tuvo buenas sensaciones en las carreras cortas de China y Miami. El de la remontada de Bélgica o la solidez de Mónaco. No el apático que terminó sacado por un Verstappen que llegó a incidir en ‘el miedo’ de Lewis en una de las curvas de Hungría. En verano reseteó para volver.
No hubo ni rastro de ese fantasma que muchos lanzaron: el de dejarlo. Hamilton tiene contrato con Ferrari y en 2026 estará salvo un giro dramático y ahora mismo irreal de los acontecimientos. Algunas voces importantes no han tardado en afirmar que los nuevos coches le darán ventajas. Y su trabajo se centra en implantarlas en el Ferrari del curso que viene. “Trabajo de cerca con Loic [Serra] para lograr tenerlas”, expresó. Allí estará la oportunidad real.
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