El momento en el que Al-Attiyah pierde un Mundial que tenía ganado

Dakar Sports

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Un ‘latiguillo’ recurrente de las carreras dice aquello de que “hasta que no se cruza la línea de meta no hay nada ganado”. Pues ayer, en la resolución del Mundial de Rally-Raid W2RC, este dicho se quedó corto.

Porque Nasser Al-Attiyah cruzó la última línea de meta del Rally de Marruecos ‘en tiempo y forma’. Su tiempo nada más llegar al punto de cronometraje final era suficiente para subir al podio como tercero (de hecho, habría sido segundo porque Moraes tuvo después una penalización) y proclamarse Campeón del Mundo W2RC por cuarta vez consecutiva. Además, la primera con Dacia.

Un despiste decisivo

Sin embargo, fruto quizá de la euforia por haber tenido que ganarse el triunfo prácticamente hasta el último kilómetro (el Rally de Marruecos terminó con una Power Stage de 30 km con una recompensa 3, 2 y 1 punto para los primeros que podía ser clave, ya que el duelo con Moraes estaba muy igualado), Al-Attiyah y su copiloto, el francés Fabian Lurquin, no hicieron lo que marca el reglamento.

Como se aprecia en este vídeo de The Race Arabia, el Dacia Sandrider #200 sigue rodando a fondo cuando pasa junto a la señal con el punto rojo y la caseta de comisarios donde todos los vehículos están obligados a detenerse para que se refleje su tiempo en el cartón que llevan consigo. Algo recogido en el reglamento y que tanto Al-Attiyah como Lurquin han repetido cientos de veces en sus carreras. 

Sin embargo no lo hicieron, ante el estupor de los comisarios… y la sorpresa de sus rivales, que inmediatamente se dieron cuenta de que aquella acción iba a ser decisiva para el título. Como así fue cuando se aplicó la sanción correspondiente, de una hora, que relegaba a Al-Attiyah fuera del top 10 de la clasificación final de Marruecos, que hacía que de proclamarse tetracampeón del mundo pasara a entregarle en bandeja el título a Lucas Moraes (Toyota).

Generó, además, un doble momento peligroso ya que además de pasar a toda velocidad en una zona lenta, cubrió de polvo todo ese punto y casi hace que el siguiente coche, el del propio Moraes, se salte también la zona. De hecho, se observa cómo los comisarios salieron para señalizar al brasileño el punto de control. 

Una acción para la historia

La de ayer será una acción que pasará a la historia del automovilismo por insólita y que ha recordado a otras recientes, como el trágico final de las 24 Horas de Le Mans 2016, cuando Toyota perdió el que iba a ser su primer triunfo en la clásica de la Resistencia por una avería en la última vuelta o, en clave española, la triste resolución del Mundial de Rallies en el RAC 1998, cuando Carlos Sainz y Luis Moya perdieron el campeonato del mundo a 500 metros de la meta por una avería en el motor de su… Toyota. Para los japoneses, al menos, queda el consuelo de que, esta vez, han sido los tocados por la varita de la fortuna.

La de ayer será una acción que pasará a la historia del automovilismo por insólita y que ha recordado a otras recientes, como el trágico final de las 24 Horas de Le Mans 2016, cuando Toyota perdió el que iba a ser su primer triunfo en la clásica de la Resistencia por una avería en la última vuelta o, en clave española, la triste resolución del Mundial de Rallies en el RAC 1998, cuando Carlos Sainz y Luis Moya perdieron el campeonato del mundo a 500 metros de la meta por una avería en el motor de su… Toyota. Para los japoneses, al menos, queda el consuelo de que, esta vez, han sido los tocados por la varita de la fortuna.

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